Se trata de un pavo de tipo antiguo, ligero y que ha sorprendido por su buen nivel de puesta y sus aptitudes maternales. El plumaje se asemeja mucho al de su antecesor silvestre americano, especialmente el de los pavipollos.
En el Altoaragón, existió la tradición de criar pavos en régimen extensivo, en bandos que, generalmente, pastoreaban los niños por prados y rastrojos. Esta modalidad de cría se mantuvo hasta finales de los años 60. Los últimos núcleos de estas aves se localizaron en las comarcas de La Litera y la Hoya de Huesca, al principio de este siglo.
La población actual es muy homogénea y presenta dos variedades de color: cobriza y plateada. Es difícil cuantificar sus efectivos, aunque no superan los 250 reproductores, la demanda de ejemplares para ser recriados arroja esperanzas de conservación y recuperación.
Fotografía cedida por José Antonio Rufanges
Fotografía cedida por Ricardo Azón
Fotografía cedida por Ricardo Azón
Fotografía cedida por Ricardo Azón
Huevos de color blanco punteado de crema, de 80 a 100 gr.